Eva Guillén Espinosa, directora de la asociación Hermano Tarahumara, nos comparte su experiencia durante el último viaje efectuado a la sierra de Parral, Chihuahua: 35 familias en 18 casas, es la población de esta zona, en donde se puede observar un arroyo donde se toma agua para lavar, bañarse y cocinar. Algunos la entuban con mangueras y le hacen presión con un a bomba estancándola con una cisterna. No hay luz mas que en 4 casas debido a una planta de energía solar. Hay una sola tienda que surte a todos. No llega la señal de TV ni de teléfono, por lo cual, están incomunicados. No hay carretera, son brechas entre los pinos para transitar. Los hombres trabajan con las empresas madereras y se los llevan a las zonas autorizadas para la tala de pinos; los dejan allí con sus colchonetas cobijas y provisiones y duermen a la intemperie en los bosques prendiendo fogatas para cocinar y calentarse en las noches por las bajas temperaturas. Cada 15 días los recogen y los llevan con su familia de visita a su poblado; esos días que están de descanso los hombres ayudan a cortar leña y la almacenan para su familia. Siembran si es temporada maíz y si es temporada de cosecha la recogen y almacenan. Las mujeres acarrean el agua para beber, cocinar, bañarse, lavar trastes y ropa. Prenden las estufas de leña diariamente para mantener las casa caliente y preparar los alimentos; con el maíz remojado en agua alimentan a los cerdos y desgranado alimentan  a las gallinas luego con los olotes y las cáscaras secas alimentan al ganado, caballos y chivos. Tienen en promedio 3 niños por familia, ellos mismos construyen sus casa con la ayuda de todos los vecinos y familiares. Las mujeres escarban la tierra No existen las chapas ni seguros en las casas todos respetan y cuidan los hogares  y casi siempre son de dos habitaciones una para dormir y otra que es comedor sala y cocina Como no hay TV ni teléfono ni computadora, la familia convive mucho; platican siempre, son muy unidos llenos de valores y respetan a los ancianos. Cuidan de los niños y todos juntos construyeron la capilla de la iglesia, la escuela y un comedor al que ayudamos mandando provisiones porque allí desayunan y comen 8 niños de kinder y 22 de primaria las dos maestras de la escuela, 3 ancianos del pueblo que están solos. Los alimentos los preparan dos madres cada semana, así están seguros que habrá alimento para ellos y si alguna mujer esta embarazada o lactando puede ir a comer también. Las maestras rurales de la escuela caminan diario 2 horas para llegar al poblado, una de ellas da clases a los los niños de los tres grados de kinder sola y la otra a los 6 grados de primaria sola; es una labor titánica. La idea primordial de nosotros es que no salgan de aquel lugar porque es su hábitat, es mejor darles apoyos y mejorar su calidad de vida para preservar su cultura indígena tarahumara pura y llena de valores que poseen; tienen tal vez un retraso cultural y técnico de 30 años, pero tienen en su ignorancia una gran paz en su corazón y un adelanto de lo que es la armonía familiar y la ayuda comunitaria, aspectos que con la modernidad nosotros hemos perdido lamentablemente. Esperamos que se unan a esta causa todos los interesados en apoyarlos y las ecuelas envíen a sus alumnos de servicio social porque aprendan ayudando. Necesitamos despensas, ropa, medicinas, juguetes, trastes, todo aquellos que no te sirve a ti alguien más lo necesita.